El 19 de Octubre del 2004, significó un quiebre en la historia reciente de Carabaya; ese día alrededor de dos centenas de campesinos intentaron tomar la hidroeléctrica del San Gaban obligados por el insultante desprecio a la dignidad del pueblo. La represión costo la vida de cuatro agricultores y por lo menos una decena de heridos. Tras 5 años, los responsables nunca pagaron sus delitos y el Estado apenas intenta reducir su impagable deuda.
El 28 de septiembre del 2004 se anuncia el plan de destrucción de cultivos “ilegales” de coca en la cuenca del San Gabán.
El 11 de octubre, autoridades provinciales, distritales y de centros poblados rechazan la intervención policial antidrogas; en esa semana cerca de 350 policías, 7 helicópteros, una avioneta se disponen arrasar todo cultivo de esa hoja en la zona por desición gubernamental.
El origen del problema era la desinformación absoluta sobre Carabaya en DEVIDA (organismo nacional antidrogas del Perú); oficialmente, antes del 2003, San Gabán no se considera como zona productora de coca. En junio del 2003 el "Informe de monitoreo del cultivo de coca en el Perú", efectuado por las Naciones Unidas (DEA, en realidad), muestra aerofotografías de 470 hectáreas de cocales en la cuenca del río San Gabán.
El lunes 18 de octubre, la provincia se declara en huelga indefinida, sus temores de abusos contra la población campesina por parte de la policía antidroga y la DEA, se confirman con creces. Ese día se acuerda con el gerente de la Empresa de Generación Electrica (EGE) San Gabán que se utilizarán los teléfonos de esa compañía para comunicarse con los gobernantes de turno; en toda la cuenca, por entonces los teléfonos son un raro privilegio, salvo una cabina pública de precaria capacidad comunicativa y cara en Ollachea, además de otras dos en Macusani, no hay acceso al servicio, la población rural practicamente vive incomunicada; se hicieron dos llamadas a Lima.
Martes 19 de octubre, dado que no existía forma alguna de que esos pobladores puedan hacerse escuchar por el Estado peruano, se intenta "tomar" las instalaciones de la hidroeléctrica en forma pacífica; entre las 9:00 y 11:00 am se producen dos enfrentamientos en que pierden la vida cuatro ciudadanos, abaleados, dos de ellos por la espalda y caen 10 heridos. Los CAMPESINOS ESTABAN DESARMADOS Y CON RAZONES SUFICIENTES DE PROTESTA.
La zona es habitada por campesinos de varios orígenes; los nativos tenían su fuente de ingresos en la extracción de madera y la explotación del oro, dos actividades que en años recientes fueron encumbradas a inalcanzables alturas para la realidad campesina local; el gobierno de Toledo eliminó los permisos de extracción forestal y se delimitaron mayores espacios a concesiones mineras “legales” que son de propiedad de mineros de vocación mercantil (extraños). Éstos mineros foraneos, no pagan sueldos, esclavizan dando permiso de explotación durante algunas horas por cuenta del minero en el área concesionada o “explotando” sus relaves; no invierten ni un centavo en la zona, ni apoyan a las comunidades en sus necesidades urgentes (por si fuera poco, algunos tienen el descaro de declararse en quiebra y no pagar los nimios impuestos al erario nacional, ejm. Cenzano 2009).
El enfrentamiento se torna sencible también para las zonas altas porque la coca local tiene un fin social incalculable, en ese tiempo la coca que ENACO compra entre S/.50 a S/.60 por arroba en Lares y la Convención; a los campesinos adictos en Carabaya, Melgar, Azangaro les llegan a costar hasta S/.20 y S/.22 por libra. La coca de San Gabán, del Esquilaya, de Sandia y otros valles, son un alivio que disminuyen esos precios (y una pequeña oportunidad de comercio o trueque que incide ostensiblemente paliando la pobreza extrema); es, además, un intercambio muy bien documentado que data desde la época de Tupac Amaru II, él tenía sus cocales en esas tierras (aunque el “Perú oficial” nunca se haya enterado).
San Gabán, la hidroeléctrica de los 113 MW de potencia, por entonces no destinaba ni un solo miserable KW para consumo dentro del territorio provincial; se había planificado un insólito proyecto en el que el enclave energético sólo era útil para la generación, sin derecho alguno sobre esa energía, ni sobre el agua de toda la cuenca. Los comuneros tenían las torres de alta tensión a la vista o dentro sus chacras y los cables pasando por encima de sus cabezas, sin embargo seguían viviendo iluminando sus noches con candil de cera, kerosene o cebo (grasa animal).
El miércoles 20 dos vehículos de la municipalidad provincial llevan alrededor de 250 campesinos de Macusani, Antauta y otros distritos; la masacre convoca la conmiseración nacional, en comunicado oficial el MININTER califica “de narcoterroristas… de poseer pozas de maceración de hoja de coca, y de atacar la hidroeléctrica en estado etílico"; los delitos de los campesinos serían: "asociación ilícita para delinquir, violencia y resistencia a la autoridad”. Michel Portier y Antonio Huamantica, alcaldes Provincial y de San Gabán, rechazan esta versión.
Esa es la partida de nacimiento de Carabaya como tema noticioso para los medios de comunicación actuales regionales y nacionales, las noticias de esos días son explícitos, todos los medios y autoridades cometen groseros yerros, suponen que la zona es de cordillera, que esta en la frontera con Madre de Dios, que hay valles tórridos y virgenes que los "flojos" campesinos no explotan, que la provincia es Macusani, que las aguas discurren hacia el lago Titicaca; en fin, desconocimiento absoluto que molesta viniendo de los medios de comunicación nacionales y lacera el de los regionales. Son la muestra evidente de cuan prescindibles se consideran algunos espacios dentro del Perú a inicios de este siglo XXI.
22 - Noviembre 2004, convocan una "Marcha por la Paz y la vida, no a la violencia, diálogo y desarrollo para Carabaya”.
Como siempre, la mayor de las rémoras: El gobierno Regional de Puno, aprovecha la ocasión para lucirse con su vocación de sanguijuela, solicita se incremente su presupuesto de inversión a 125 millones de nuevos soles y un régimen de excepción, aún estando frescos los recuerdos de una malversación de 22 millones por la emergencia del 2003 que todavía no había sido plenamente juzgado; dinero que le fue dado a cuenta de la tributación de la única mina grande (por entonces) la San Rafael, ubicada también en la misma provincia y que nunca llegó a su pueblo; faltaría más.
Tras 5 años, algo de la realidad de esos tiempos ha cambiado; no en vano el Pais se prostituyó al más vil antojo de cualquier vago o subempleado extranjero con contactos en algún banco multilateral suficiente como para crear un emprendimiento minero; desde el 2007 se conectaron algunas comunidades al sistema nacional de electrificación rural, aunque todavía la EGE San Gaban permanece cautiva, llenando las manos de esbirros extraños que la "administran" a placer; toda la inversión Estatal se regalo (a cambio de nada) al directorio y una caterva de bellacos que ostentan el record más alto de denuncias mediáticas por corrupción, sueldos altos, nepotismo etc; NINGUNO ES CIUDADANO DE CARABAYA, ni siquiera vive dentro de sus límites.
Ahora ya existe telefonía celular (cara, pero hay); se anunció que en éste mes de octubre del 2009 se hará la licitación del internet de banda ancha. ¿se hará?.
La Interoceánica que en el 2004 era un sueño, hoy es una realidad, está siendo pavimentada; falta la mejorar la interconexión vial con Arequipa, Cusco, Sandia y Bolivia, pero algo es algo; hay mejoras y aún falta mucho.
Hoy la lucha es por los atropellos so pretextos del uranio, de la hidroelectrica del Inambari, el Gas del Candamo, el petroleo de Azaroma. La lucha continúa, urge aprender de los hechos recientemente pasados.
Hoy la gallinita de los huevos de oro cacarea, el trabajo recién empieza. ¡Mis paisanos no murieron en vano!.
Gracias y QEPD.
POR: WALDIR TUNI.
A LA VUELTA DE LA ESQUINA.
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