A LA VUELTA DE LA ESQUINA.

A LA VUELTA DE LA ESQUINA.
YA SE VIENEN!!!

9/9/13

Minas informales vs ¿eco-terrorismo de derecha?


Por Waldir Tuni1

Hablo por lo que vi, los mineros informales de Carabaya; creo conocer su historia con familiaridad.

Doy por sabido el contexto, entiendo que se sabe que Carabaya está enclavada en el lugar de transición geográfica en que Madre de Dios se convierte en Puno; contiene la síntesis de ambos tipos de pisos extremos, amazonía y cordillera, con sus variantes y riqueza. Desde su origen pre-hispano, la convivencia con las minas de oro “más antiguas de Sudamérica"2 marcaron su ritmo histórico. Además, se debe saber que hoy, en pleno siglo XXI, no cuenta con servicio digno de luz eléctrica3; tiene las escuelas más alejadas de sus escolares4; y que se ha decretado que pertenecer a Puno, significa, además de los otros, el tributo tácito adicional de una carretera expoliatriz: la Interoceánica, sin vías transversales, sin salidas alternas, en suma, una comunicación unívoca que impone a sus comunidades vivir a merced del escalofriante oligopsonio de la capital de región y su socia en la agresión, Juliaca. De esas comunidades se van a las minas los adolescentes cuyo futuro es incierto.

Se anoticia abundantemente que no todos los mineros tienen un origen cercano a las minas, el grueso de mineros son inmigrantes, advenedizos aventureros de todas partes, quizás informales junior, descendientes de los comerciantes ambulantes, informales senior de las urbes de todo el país. Aquellos y éstos, dicen que suman 250 mil aproximadamente5; dejémoslo ahí, en los 250000, por llamarlos de algún modo, caídos en la miseria cuyo nexo común debería entenderse como pertenecientes al ciclo de desarraigados del campo a las minas, con el agregado de una generación de por medio, en el caso de los advenedizos cuasiurbanos.

¿Qué hay detrás del ecologismo de derecha?.
Los antípodas de esos mineros, pobres, se proclaman defensores del ambiente, defensores de la peruanidad y defensores de la tributación y la legalidad. No les creo.

Vayamos por partes. Esta hipocresía eco-terrorista se basa sobre los elevados volúmenes de mercurio que los informales están vertiendo en el río Madre de Dios6, ¿quieren decir acaso, que siendo legales las minas, dejaría de verterse el mismo mercurio?, pues ahí está la primera mentira; a pesar de que entre los químicos y mineros hay consenso de que existen posibilidades metalúrgicas alternas, la alternativa real, y a gran escala, puesta en práctica en el propio país es la del Cianuro; o sea, el chamullo ecologista plantea, en el mejor de los casos, cambiar un veneno de acción lenta por otro de acción más rápida, ambos igualmente fatales. No plantea solución AL PROBLEMA MISMO: VERTER UN VENENO AL MOMENTO DE EXTRAER EL ORO.

Mostrando la magullada imagen de Madre de Dios, fundamentalmente, ponen en tela de juicio el hecho que unos pocos mineros están deforestando la selva altamente biodiversa; ¿esta postura es lógica?, ¿plantean por un acaso que, pagar tributos es el precio por la expoliación de la selva?, ¿Quién se atreve a ponerle precio a un bosque?; el asunto de fondo aquí es que existen 250000 peruanos que están deforestando la selva, y como respuesta, el país NO PLANTEA medidas coherentes para que esos 250000, mañana no sean 300 mil ó 500 mil miserables buscadores de fortuna en un espacio que no les compete; ¿Cuál es la línea política que evitará que el grueso de mineros informales, los hijos de provincianos otrora campesinos, tengan en el lugar donde nacieron, EL FUTURO PROMETIDO que sacó a sus padres del campo? ¿y qué del campo? ¿Le darán luz eléctrica o carreteras transversales a Carabaya, ahora mismo, por ejemplo?. En tanto no se ataque el meollo de la miseria, esa tasa de crecimiento aumentará, como aumenta y será independiente de la legalidad de las minas; ergo, sus consecuencias sobre la selva también incrementarán.

Peruanidad en duda
Sobre la cuestionada peruanidad de los mineros, ¿Quién es más o menos peruano?, ¿los que explotan oro en Conga o los de Madre de Dios?. La “legalidad” que conozco7, es aquella en que un señor desconocido, buscó la manera de adueñarse de un espacio de territorio ajeno (él es advenedizo en Carabaya); aunque nunca estuvo cerca, los mineros, casi todos de las comunidades cercanas, tenían que pagarle, en consecuencia, un alquiler si querían explotar en el terreno denunciado; trabajan bajo las mismas condiciones, con las mismas técnicas y bajo los mismos riesgos que si ese entrometido no existiera; obviamente esas minas se manejan con los mismos pasivos ambientales; está de más decir que la verdadera ganancia se la lleva el entrometido bajo la forma de alquileres de un territorio a cuyo beneficio lo único que le puso fue su firma en los documentos que acreditan la formalidad de esas minas, que, valga aclarar, NO LAS DESCUBRIO, ESAS ERAN VETAS QUE SE EXPLOTABAN YA EN TIEMPOS PREHISPÁNICOS.

En otros casos, “los legales” pagan un salario de miseria mientras que ellos, los “dueños”, igual, no viven ni invierten cerca, o sea no generan beneficios indirectos in situ; en estos casos, los mineros asalariados tampoco tienen la misma capacidad adquisitiva comparada a cuando ellos corren el riesgo de ser mineros por sí y para sí mismos.

Por otro lado, la legalidad y su tributación no representa, necesariamente, una ganancia, y más si se toma el caso desde la perspectiva minera in situ; recordemos que el 50% de la tributación (canon) se la reparten las capitales de región, las universidades, y algunas migajas van para las provincias y distritos; las comunidades donde están las minas, por canon, no reciben nada.

Aun más, bajo las condiciones de desarrollo humano en las comunidades cerca de las minas, que son de las más desfavorables, no existen muchas personas con la formación suficiente que les sirva al momento de querer ser mineros ”legales”, en la práctica este lujo no está a su alcance; en consecuencia, la “legalidad", se percibe como un despojo territorial al amparo del Estado que EQUIPARA EN OPORTUNIDADES A UN PERUANO MISERABLE CON OTRO ADINERADO, AUNQUE ESTE FUERE EXTRANJERO; entonces ¿cómo se desea que haya incentivo a la “legalidad”, si las pérdidas económicas indirectas serían cuantiosas, y hasta la propiedad del propio territorio llegaría a estar en duda, en caso de “formalizar” todos los espacios mineros?, ¿por qué no existe la esperada tendencia a la legalidad?, ¿falta de nacionalismo o incentivos negativos?.

La utilidad de la tributación
Recientemente una justificada lucha de los Físicos Nucleares del país, proponía explotar MINERALES DE URANIO de Carabaya, como medida “legítima” para proveer ocupación a los intelectuales de ese rubro; valga el caso, la propuesta consistía en explotar rocas cargadas de Uranio y venderlas como tales o con un ligero valor agregado, marginal, a los países donde lo enriquecerían; luego, esos países PODRÍAN venderle al Perú el material radiactivo, combustible de los reactores; si alguien pregunta por el papel que jugarían nuestros intelectuales citados, pues, crudamente, habría sido más o menos de capataces de mina.

El colmo llegó por la filosofía del “perro del hortelano”, claro. Pero, la pregunta es: ¿pueden los espacios territoriales contenedores de mineral, soportar esa presión económica?, ¿pueden las minas pagar las fiestas de todos?, No.

El prejuicio ha llevado a creer que los marginales, esos que ejercen de mineros informales ahora, de plano, NO QUIEREN tributar; ¿cómo saben eso?, ¿no será, mas bien, que la percepción de utilidad de la tributación es diferente desde la perspectiva de un comunero en plena selva, comparada con la de alguien que goza los beneficios de la peruanidad, a 5 cuadras del palacio de Pizarro, por ejemplo?, nuevamente ¿falta de nacionalismo o incentivos negativos?. En el fondo, no se ha hecho la medición de cuanta voluntad contribuyente tienen los marginales; las condiciones de equidad no están dadas como para hacer ese ensayo; considerando que permanecen en paz aún en las condiciones más adversas, debería empezarse creyendo que detrás hay un patriotismo excepcional; y, definitivamente, 250 mil pequeños contribuyentes, habitantes de un rincón olvidado del país, de quienes no se debe tomar como serias sus ostentaciones porque, usualmente, con miserables 1000 NS en el bolsillo, se creen dueños del mundo; estos mineros no serán responsables de un eventual desfalco fiscal, la alarma es mentirosa, los tributos de ese sector no salvarán (ni  hundirán) al Perú; detras de la hipocresía eco..... ista de derecha, no tiene interés 'en el chancho, sino en los chicharrones', en el país hay sectores que están interesados en cómo clavarle los colmillos a una nueva yugular o unas nuevas minas, sin inmutarse siquiera por la falta de productividad exportadora en las urbes, por ejemplo.

Final
La imagen magullada de Madre de Dios es la verdadera cara del país y muestra la magnitud de sus verdaderas necesidades; nadie quiere una cara así; apostar por “legalizar” esas minas, es un paliativo, en el mejor de los casos, insuficiente sino contraproducente. Hacen falta medidas proteccionistas de las propias comunidades o potenciar las que ellas tienen.


  • 1.- Naci en Carabaya, iniciador del Grupo Carabaya, médico de profesión; relativo al tema, hice un curso reciente The Challenges of Global Poverty del MIT.
  • 2.- Raimondi, "las Minas de Oro del Perú, 1875.
  • 3.- El "Comite de defenza de los derechos a energía electrica", es un actor político local dinámico en este tiempo.
  • 4.- Fuente: ENAHO 2011.
  • 5.- Según estimaciones del MEM. No obstante, hay que recalcar que el Censo 2007 sólo contabilizó algo más de 109 mil ciudadanos en esa región. Oficialmente, según el Censo 2007, sólo el 1,3% de la PEA nacional se dedica a explotar canteras etc.
  • 6.- Ya de antiguo, se calculó en la Rinconada que para cada gramo de oro extraído se vierten entre 8 - 16 gramos de Mercurio a los ríos, Fuente. ECI-2005. El calculo del mismo MEM es entre 200 y 300 toneladas anuales de oro que se extraen en toda la región Madre de Dios. 
  • 7.- Lease como cachorreo.

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