A LA VUELTA DE LA ESQUINA.

A LA VUELTA DE LA ESQUINA.
YA SE VIENEN!!!

12/12/06

Somos pueblos ancestrales, insisten en llamarnos indígenas.

Este artículo fue escrito con motivo del dia internacional de los pueblos indígenas 2005, el autor es mi amigo Jorge Montoya, economista peruano. Interesante, a pesar de algunas divergencias de opinión que podamos tener.


INSISTEN EN LLAMARNOS INDÍGENAS


Insisten en llamarnos indígenas, también nos quieren llamar Indios.

Nosotros somos pueblos ancestrales, cada cual tiene su nombre, y ese no es nuestro nombre.
Esos apelativos con los cuales nos designan son expresión de su limitado entendimiento, entre otros aspectos un entendimiento "racista".

Tenemos nuestra manera de entender el mundo, entre otros aspectos entendemos que todo y todos están enlazados, están tejidos, forman un gran tejido, una gran tela; somos un tejido de tejidos. La cualidad de este tejido de tejidos se puede entender con mucha facilidad cuando se observa lo que es un tejido y las cualidades que tiene.

Un tejido o una tela o manto, está formada (tejida) por hilos. El tejido o la tela puede mostrar o muestra una figura o un dibujo, es decir, la Tela es o tiene una idiosincrasia o una personalidad, es un ser. Pero, al mismo tiempo que la tela, el tejido o la manta, tiene su propia personalidad o idiosincrasia, cada hilo con el cual está tejida, tiene y mantiene su propia forma, su propia idiosincrasia, su propia personalidad. En una palabra, el conjunto no borra ni elimina la personalidad de las partes. Ni la Tela es un poder absoluto que elimina la de los hilos, ni los hilos son elementos aislados o individuos. La tela ampara a los hilos y los hilos tejen y diseñan a la tela, sin hilos no hay tela y el hilo sin tela es un huérfano (un huaccha) y sólo no se puede vivir.
Esta es una manera de entender y sentir el mundo, la vida, la existencia; es nuestra manera de entenderla.

Todos y todo están enlazados o tejidos, por ello es que entendemos que nuestros ayllus y nuestras marcas, que en otros países las denominan con otros nombres, como por ejemplo, en los pueblos del norte de Europa los llaman Tribus, en México: Calpulli, en Mongolia: Urdú (de donde viene el nombre de Horda), en Escocia: Clan, en Grecia: Oikos, están constituidos no sólo por seres humanos, sino por plantas, animales, cerros, lagos, lagunas, mares, ríos, bosques, planicies, aguajales, desiertos, nubes, astros y lógicamente por sus antepasados, así como, por el espíritu o fuerza que los anima, es decir su ánimo, su personalidad o idiosincrasia, su manera de ser; cada cual es diferente al otro y estos varían según la ubicación, orientación y sentimiento que tienen.

No somos ni constituimos en el sentido estricto del concepto una sociedad, porque ésta por definición es una agrupación solo de seres humanos, y con más propiedad de "individuos". Somos más que eso, quizá lo más próximo a lo que ha llegado la ciencia de los académicos de las ex provincias occidentales del imperio romano de su edad moderna (los científicos modernos occidentales) es a definir un "ecosistema", pero este concepto es aún insuficiente, porque no incluye ni alos antepasados, ni el ánimo de estos grupos que llamamos ayllus.

Por ello es que decimos que nuestras alpacas son nuestras hermanas, a los maicitos, papas o ocas que son nuestros hermanos, que las estrellas son nuestras hermanas, que el Sol es nuestro padre, que somos hijos de la Luna, que nuestros viejos protectores y sustentadores son los Apus.

También por eso entendemos que nuestros cerros y bosques y sus entrañas no se pueden separar de nosotros, no se pueden "vender" aunque algún "sabido" haya "descubierto" la veta de algún metal o una "riqueza natural explotable", son nuestro mismo cuerpo, alma y ánimo. Son nuestra familia y a un hijo, hija, padre, madre, tío o abuelo no sólo no se le vende, sino que no se le puede separar de nuestra familia, de nuestro cuerpo. (a propósito de "descubrimientos" estos son, normalmente, darse cuenta de algo que ya existe, como sucedió con América. ¡Que gran saber de esas gentes y los méritos que les achacan sus científicos, más bien qué pobreza!)
Tampoco en nuestra familia existe algún ser de poder o de potencia Absoluta, cada ser que está tejido en nuestros ayllus, incluidos los seres que moran en el o los cielos, ocupan sus cargos y ejercen esos cargos según el rol que tienen que ejercer con la complacencia y entendimiento de los demás seres. No entendemos que existe un Dios único y omnipresente y eterno. Entendemos que esa es una manera de comprender el mundo que se ha formado a partir, entre otros aspectos, del intento de establecer poderes de ejercicio político absolutistas, como lo fue por ejemplo, el Imperio romano. El entendimiento del dios único es una deformación de lo que muchos pueblos entendieron como dioses, héroes, colosos, fuerzudos y otros seres o ánimos que en algunos momentos ejercen un gran poder, fuerza o influencia, como es Demeter en el entendimiento de los griegos; esa fuerza o ánimo que hace brotar a las plantas, que da la fertilidad, que hace resurgir la vida y la primavera, pero igual que ella, cuando ejerce su cargo la Parca, ni el Dios que han creado se salva de ella, y ella, Demeter, deja de estar presente y se refugia en las profundidades.

A veces dicen que todos somos Hombres, nosotros preferimos llamarnos Runas o Jaques, porque esas denominaciones no sólo se refieren a los hombres, sino a las mujeres, a los niños, a los viejos, a los antepasados o ancestros, pero no solo a su aspecto físico o material como seres humanos, sino al ánimo que tenemos y brota de nuestras entrañas y corazón, que saben que todos estamos tejidos, que saben que los demás son nuestros hermanos o haques y no sólo los respetamos sino que los queremos, que somos kuyaqkuna (encariñados).

No miramos y vemos solamente la piel y menos aún solo su color, claro que éste tiene su importancia, miramos y vemos su textura, su expresión, su sabor, su ánimo, y muchos de nuestros hombres de medicina, como los llaman algunos, por ella saben del estado de salud de las personas y de otros seres; pero cuando miramos y vemos a la gente no nos limitamos a la piel, vemos su ánimo, el latir y el ritmo de su corazón y el cariño que tiene, entre otras muchas cosas.

Por eso no hay que confundirse cuando decimos un cara pálida o cara - blanca, no nos estamos refiriendo al color de su piel sino de su alma (entre otros aspectos codiciosa e incapaz de hacer o establecer vínculos o relaciones de hermandad) que sólo ve el oro y que se quiere apropiar de él sin respetar nada, o que cuando se tiene que relacionar con alguien lo hace haciendo "caridad" (es decir presuponiendo necesariamente que a quien le estira la mano es su "inferior", un pobre y no su hermano e implícitamente él que da es
"superior", cuando en realidad bajo ese entendimiento esconde su propia orfandad).

Para nosotros todo y todos son riquezas, y son riquezas nuestras porque, justamente son riquezas de los demás, de nuestra familia, de nuestro ayllu, y nos sentimos contentos (no orgullosos) de ello, la codicia, entendemos, es una enfermedad. Nosotros apoyamos y ayudamos a quien lo requiera, sea rico menos rico (además ¿quién sabe quién es más rico que otro?) que nosotros, se apoya a quien en un momento lo requiera o no lo requiera, depende de nosotros no de ellos, depende de lo que podamos dar u ofrecer. Nunca prestamos, porque así se crean deudas y deudores, simplemente brindamos lo que tenemos, porque esa es una manera de ser runa.
Yo soy moche, mochica o Chimú, no soy indígena, ni tampoco aceptaré que así me llamen.

Considero que aceptarlo como una "estrategia" para recuperar nuestros derechos, es dejar "por descuido" un instrumento perverso de algunos sabios de la Comunidad Internacional: Indígenas y no indígenas, "a ver, les damos o devolvemos algo de los que les hemos expropiado o robado con nuestras pillerías a esos pobrecitos, de repente se quedan contentos, ¿quizá podremos mantenerlos en un museo?" ¡No! No se trata de Indígenas y no indígenas; se trata de pueblos y tierras invadidas, es decir de invadidos e invasores: Todo nuestro país, nuestro pueblo, nuestro ayllu nos "pertenece" (somos parte de él); hasta los que han llegado de fuera son nuestros hermanos, quizá algunos todavía están enfermos con los malos aires con que vinieron, pero a todo enfermo se le cura, y sí insiste en seguir enfermo le podemos pagar el pasaje de regreso para ver sí en el lecho de su madre, al reencontrarla, se cura. Nosotros no discriminamos, nadie está fuera del tejido.

No se trata que nos devuelvan una parte de lo que nos trataron de robar con sus pillerías e invasiones, sino de que se vayan los males aires que trajeron los invasores, hayan venido de muy lejos o de muy cerca, no tienen derecho a nada, se tienen que ir de nuestras tierras, porque nuestras tierras son de cariño. Eso es volver a la plenitud de nuestra(a) cultura(s).
No existe el derecho de la invasión y el pillaje.

¿Quizá sea bueno que quienes impulsan eso de indígenas, conversen con nuestros yatiris, misayoq, pacos, yachaq y otros amautas y sabios, a ver qué opinan?
La recuperación plena de nuestra salud y cultura o manera de ser, se tiene que hacer con nuestros propios nombres y sabiduría, tomar prestados "conceptos", "instrumentos" o "ideologías" no sólo puede ser peligroso porque trae contrabandos que pasan "sin darnos cuenta" y después sirven para lamentarnos (y ya se nos agotaron nuestras lágrimas de tanto que han llorado nuestras madres), sino que es actividad de los haraganes y si existe algo que ninguno de nuestros pueblos acepta es la ociosidad y la haraganería.

Hermanos, sigamos caminando por la ruta y el ánimo de Pachacamaq para volver a tejer y hacer florecer el jardín que la enfermedad del invasor trato de destruir.


Con mucho cariño


Jorge Alberto Montoya Maquin


15 de agosto 2005

11/12/06

Las Corridas de Toros de Macusani






¡Cuanta historia viva hay en la tradición que circunda a las corridas de Toros en Carabaya!.



Se vienen las corridas de Toros, se vienen esas viejas costumbres que se quedaron suspendidas en el tiempo desde esas lejanas
mitades de los 1500s, esos baños de pies a cabeza en chorros de cerveza (en el siglo XVI dizque los baños se hacían con vino), los vítores, los indultos, el griterío, la fiesta, la pasión por la épica, el latido acelerado por cada muletazo sacado como una obra de arte a un toro Azacho, Achaco, Moccopata, Sallka de los Zea, o cualquiera otro de esa parentela, cada cual con su sello de casta; esta cerca la pintura de las verónicas, el ballet de las banderillas, el suspenso del tercio de muerte, el santiamén del estoque perfecto, el drama de los de luces heridos al filo de las astas, la perfidia de los descabelladores, la bronca por algún torerillo poco diestro que osare profanar el santuario de los matadores, el dolor por la condolencia con el astado en manos desacreditadas; y claro, también el jugueteo de los novillos, la burla de las vaquillas, junto a la siniestra caza de zapatillas de esos matreros que se apoderan el centro del coso. En fin, se acercan las tardes de sol, sangre y arena.

Aparte, como rezando entre dientes por la vida en si misma, sin saber diferenciar si por la del toro o la del torero, pero tiritando por la emoción de ver “jugar” a su toro, viendo cuan limpio es ese su animalillo fiero que es razón de su más hondo orgullo, tan suyo como pueden sentirse dos seres con su vida y su muerte unidos en un mismo destino, enraizados en un mismo suelo; sintiendo, seguramente, que cada hincón del tercio de castigo le duele tan en el alma, tanto que si fuere a él mismo a quien castigan, pidiendo con mil avemarías, padrenuestros y credos atropellados a la Pachamama para que “todo salga bien”, tan confuso, tan sincrético, tan de todo en tan corto tiempo como eso; así estarán sentados en algún lugar de privilegio los solicitados de todos los diciembres: los ganaderos, con su pasión por el toreo a flor de piel.

Para quienes pasarán su alferado, llegará a su final este año íntegro de preparativos sagrados, este tiempo que finalizará con esa noche previa de vela apaicui -asi le llaman los nuestros y parece no ser por vela o candil, sino por velada- noche de conjuros preventivos de amanecida, noche de fogata y toros de fuegos de artificio, imploraciones, rezos y peticiones a cuanto dios, diosa, diocesillo o quien quiera que tenga el poder de hacer que el siguiente día no sea el último para nadie, al fin y al cabo, para preservar alguna vida, no hay ningún trámite espiritual necio; para estas personas encargadas de las corridas de éste año, están llegando a su fin las jornadas de imploraciones cristiano-paganas quincenales o mensuales que se hicieron desde que recibieron el lazo alrededor de las dos figuras de reses en barro cocido, ambos encima de una mantilla de fino tejido nativo que simboliza la tierra nuestra, conteniendo abundante coca representando a la hierva que alimenta a los toros bravos, unidos por las astas con un lazo de cuero, artísticamente diminuto, y embellecidos con enjalmas a escala perfecta; por la veneración que le es debido, 'ídolo' lo llamarían algunos, ‘paganos’ dirían de sus oferentes esos cristianos afines a la ortodoxia de su dogma, para nuestra gente, es simplemente el sumun de la tradición taurina local.

Extraviados entre la devoción consciente por la “santísima”, y el fervor subliminal a esa especie de “santo de las corridas” –sin que nadie siquiera osare llamarlo así, por supuesto-, vivieron durante éste año algunas familias retribuyendo o invirtiendo por los favores divinos de la virgen recibidos o por recibir; pues, se embarcaron en la tarea de satisfacer una de sus órdenes; ella, dice la leyenda, eligió que se la venerara anualmente con corridas de toros, después de los 8 de diciembre, eso habría designado al aparecerse en persona, allá cuando señalara, además, el lugar de fundación de Macusani.

Esas familias iniciaron su retribución cuando contrataron, hace más de once meses ya, la confección de los cirios, durante este tiempo, se ocuparon de tomar todas las previsiones para los ágapes, se encargaron de seleccionar los toros, incluida la conversa y agasajo a los ganaderos; y, lo propio, buscaron a los diestros que sus posibilidades económicas puedan pagar, ellos son los “de cargo”, y, de paso, se preocuparon por algún souvenir para la virgen, en éste año que ya termina, ese fue es su principal desvelo.

A quien corresponda:

Tanta pasión, solo puede tener antípodas de igual magnitud. Para gentes insensatas este genuino carné de identidad, ahora único en el mundo, por sus propios rasgos de personalidad en serio peligro de extinción, es anacrónico con respecto del basketball, voleyball etc. Ya decían: “dura cosa es dar coces contra el aguijón”, es la fuerza de lo ancestral contra el vigor de la moda; la ley de la tradición contra el decreto de la innovación.

Acaso si será irreversible esa anulación de nuestra historia por enroque de un coliseo en el mismo lugar del “Allincapac”, coso taurino que hasta hace unos años estaba considerado como uno de tercer orden en el escalafón mundial. Puede ser que se acabe por olvidar, por extraviar, por ignorar esta forma de relatar nuestra historia con remembranzas vivas que año tras año se vinieron garabateando, más o menos desde cuando se hizo esa figura durante los primeros años coloniales en un muro rupestre de nuestra Isivilla. Probablemente esos últimos toros bravos salvajes en el mundo, criados sin participación humana, herederos de aquellos primeros ibéricos que vinieron a quedarse en Azaroma, en Corani, hoy mismo ya hayan terminado por morir todos, porque no hay ya demasiado campo para ellos. Pero, tendrán que pasar otros 500 años más antes de que las pelotas de hoy, se conviertan en relatos de historia como un grabado rupestre taurino, tendrán que ocurrir miles de cambios antes de que nuestra gente interiorice el volear una pelota al punto de unirla a sus vivencias, y las tradicionalice; mientras tanto eso ocurra, por lo menos dos familias más en éste año, gritarán a propósito de las corridas de toros: IGNORARÁN SU HISTORIA,
ENVILECERAN SU MENSAJE,
ENRROCARAN SU SANTUARIO,
LA DESTERRARAN PARA NO VERLAS,
¡Y NO PODRAN MATARLAS!

Resultado de las suertes de la feria de la Inmaculada en Diciembre 2006
publicado en Mundo Toro:
http://www.mundotoro.com/mundotoro/FichaPlaza.asp?Id=2759

Festejos de la Temporada 2006
Nº..............fecha............... Torero..............................Resultado Artistico ............Ganadería
1.................12 - 12 - 2006 ...David Gil............................ Oreja .......................................1º La Alaianza

............................................Victor Hugo Garabito .........Vuelta..................................... 2º La Alianza

............................................David Gil .............................Dos Orejas ..............................3º La Alianza

............................................Victor Hugo Garabito ..........Oreja ......................................4º La Alianza


* la fotografía publicada es parte del trabajo del Ing. Rainer Hostnig, (usada con autorización). corresponde a una pintura rupestre de los primeros años coloniales en Isivilla una comunidad muy cercana a Macusani, Carabaya - Perú.
  • Tradicion sobre la Virgen Inmaculada: Los dichos antiguos afriman que cierta vez, una señora de sombrero blanco, al estilo Sicuani o Cuzco y vestido refinado de la época que se apareció una tarde en Patapampa (planicie contigua al abra en el que se encuentra Macusani) ella, se dice, contemplaba y alentaba el jugueteo de un jovenzuelo indígena de lugar con un torete, éste lidiaba al animal para gran beneplácito de la señora que extasiada veía la faena en el lugar que hoy ocupa la plaza de armas de Macusani; se dice que luego y así como vino, la señora desapareció sin dejar seña de donde era ni rastro de a donde se fue. Como testimonio de esa experiencia, los lugareños encontraron una imagen de la Inmaculada Concepción enrollada entre unas rocas, inmediatamente cundió en el poblado la versión de que la señora era en realidad la Virgen en persona que había señalado la forma y el lugar en que ella deseaba que se la venerara, la señora de sombrero blanco era la versión macusaneña de la Inmaculada Concepción; desde entonces la corrida de toros fue la mayor epopeya anual por la que el alferado de turno debería esmerarse al máximo en su organización. Se dice que hubo más de un intento por trasladar el lugar de fundación del poblado a J'uchuy Macusani, pero el designio divino había señalado el lugar, la imagen, tan pronto como se la llevaba a otro lugar volvía, sin que nadie supiera como, para aparecer nuevamente en el lugar señalado.
  • La Tauromaquia, tradición de sangre: Aun se suele escuchar en el habla de los apasionados por la tauromaquia que ésta es una afición que “se lleva en la sangre”, se quiere decir con esto que no cualquiera puede ser criador de toros de lidia, que las gentes que gustan de las corridas de toros son, en cierta forma, de una casta diferente y, especialmente, que el torero, además de tener condiciones innatas, tiene que haber vivido circunstancias especiales que hacen de la pasión por el sol, sangre y arena un arte y una tradición única, hoy en peligro de extinción; ya es un acto especial ser promotor o simplemente ser parte del público y presenciar éste deporte épico; teniendo en cuenta que cada tarde de lidia significa poner en juego la vida misma, es lógico que muy pocas madres asienten de buena gana que su hijo llegue a ser lidiador de toros, eso, seguramente, desde siempre fue así. Entre nosotros, por supuesto, no hay razón alguna para que fuera diferente; por más razones que la simple afición, en nuestros pueblos se viven las corridas de las fiestas patronales de una manera que ya no se debe encontrar fácilmente en otro lugar del mundo, en medio del rico folklore taurino y todo su séquito de preparativos y parafernalia tradicionales conocimos una que, a ojo de buen cubero, ya debe ser parte de lo extinto.
    Al Grano, eran, seguramente, los primeros días de Octubre, o tal vez los inmediatamente posteriores a las fiestas patronales de Corani, fechas en las que el galope del pulso de los gustantes de las corridas en éste pueblito esta en su punto más elevado de excitación, como esta en Mayo para los de Ayapata, en Agosto para los de Ollachea o Diciembre para los de Macusani etc. Dizque un padre, su primo (algo lejano) y algunos amigos de embriaguez que conocían la gran admiración que el hijo del primero profería a su ídolo Zenon Coronado, el más popular de los toreros de moda por estos lares, considerando además quien sabe qué otras condiciones que hacían del niño el elegible, habrían convenido en practicar con éste, y a escondidas de su madre, una antigua tradición casi inmemorial, consistía en darle de beber la espuma que un toro bravo salvaje suele emitir con algunas bufadas, toros llamados respetuosa y cariñosamente Salk’has, de esos que hasta no hace mucho tiempo, en Corani decían que todavía habían algunos, tan pocos que las dos manos tendrían dedos de más para contarlos; el objetivo de los adultos era darle el santo y seña y buen augurio de futuro torero a ese niño de 4 años y 11 meses, una especie de rito de iniciación a la edad exacta; la madre, por obra de gracia divina, decía ella, habría sido avisada y advertida de las consecuencias, de no haber llegado justo a tiempo para impedirlo, creían que el destino del hijo habría sido sellado para jugarse la vida en las tardes de toros. De oídas supimos, ya mucho después, que para éste rito la espuma diluida con la sangre de un toro recién muerto en plaza, es el brebaje mas efectivo en conjuros de éste tipo.
    Esto lo supimos estrictamente de primera mano, el niño de arriba, era quien escribe esto.

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