APRENDIENDO DE LA HISTORIA:
(volviendo a las andadas)
Luego de CREADO el burdel político con motivo del canál de Panamá, por pura geo-estrategia gringa que nunca quiso pagar costes reales, era conveniente encontrar una vía transoceánica alternativa que compita con la citada por lo menos de boca para afuera; esa necesidad se habría traducido en un proyecto que nunca se llegó a construir: EL CANAL DE NICARAGUA, PARALELO Y ALTERNATIVO AL DE PANAMÁ.
Los gringos, (igual que hoy los brasileños con la aguas de nuestro Inambari, ahora) quisieron armar un segundo burdel pero se toparon con Augusto (Calderón) SANDINO. La ejemplar respuesta anti-burdel por mero interés mercantilista manipulando a su capricho a los esperpentos que usurpan los gobiernos de las "ARENAS TRAICIONADAS MARTIRIZADAS Y SAQUEADAS" DE NUESTRA AMÉRICA MERIDIONAL es la ilustradora imagen reciente de lo que buscan los apristas, brasileños etc, y la responsabilidad que recae sobre nosotros.
He aqui la Historia narrada por Pablo Neruda (el Somoza citado, el asesino del heroe, es el padre del que fuera derrocado en 1979 por el FSLN). WALDIR
Pablo Neruda (1926):
FUE cuando en nuestra tierra
se enterraron las cruces, se gastaron
inválidas, profesionales.
Llegó el dólar de dientes agresivos
a morder territorio
en la garganta pastoril del América.
Agarró Panamá con fauces duras,
hundió en la tierra fresca sus colmillos,
chapoteo en barro, whisky, sangre,
y juró un Presidente con levita:
"Sea con nosotros el soborno
de cada día".
Luego, llegó el acero,
y el canal dividió las residencias,
aquí los amos, allí la servidumbre.
Corrieron hacia Nicaragua.
Bajaron, vestidos de blanco,
tiraron dólares y tiros.
Pero allí surgió un capitán
que dijo: "No, aquí no pones
tus concesiones, tu botella".
Le prometieron un retrato
de Presidente, con guantes
banda terciada y zapatitos
de charol recién adquiridos.
Sandino se quitó las botas,
se hundió en los trémulos pantanos,
se terció la banda mojada
de la Libertad en la selva,
y, tiro a tiro, respondió
a los "civilizadores".
La furia norteamericana
fue indecible: documentados
embajadores convencieron
al mundo que su amor era
Nicaragua, que alguna vez
el orden debía llegar
a sus entrañas soñolientas.
Sandino colgó a los intrusos.
Los héroes de Wall Street
fueron comidos por la ciénaga,
un relámpago los mataba.
Más de un machete los seguía,
una soga los despertaba
como una serpiente en la noche,
y colgando de un árbol eran
acarreados lentamente
por coleópteros azules
y enredaderas devorantes.
Sandino estaba en el silencio,
en la Plaza del Pueblo, en todas partes
partes estaba Sandino,
matando norteamericanos,
ajusticiando invasores.
Y cuando vino la aviación,
la ofensiva de los ejércitos
acorazados, la incisión
de aplastadores poderíos,
Sandino, con sus guerrilleros,
como un espectro de la selva,
era un árbol que se enroscaba
o una tortuga que dormía,
o un rio que se deslizaba.
Pero, árbol, tortuga, corriente
fueron la muerte vengadora,
fueron sistema de la selva,
mortales síntomas de araña.
En 1948
un guerrillero
de Grecia, columna de Esparta,
fue la urna de luz atacada
por los mercenarios del dólar.
Desde los montes echó fuego
sobre los pulpos de Chicago,
y Sandino, El valiente
de Nicaragua, fue llamado
"bandolero de las montañas".
Pero fuego, sangre
dólar no destruyeron
la torre altiva de Sandino,
los guerreros de Wall Street
hicieron la Paz, invitaron
a celebrarla al guerrillero,
Y un traidor recién alquilado
le disparó su carabina.
Se llamaba Somoza, hasta hoy
está reinando en Nicaragua:
los treinta dólares crecieron
y aumentaron en su barriga.
Esta es la historia de Sandino,
capitán de Nicaragua,
encarnación desgarradora
de nuestra arena traicionada,
martirizada y saqueada.
(Canto General, Los Libertadores)