La flora alpaquera
Cualquiera que conoce los pisos ecológicos superiores a los 3000 msnm, relaciona inmediatamente su flora a unas dos o tres especies monótonas y con paja abundante, casi exclusiva; entonces, supone que las alpacas y los otros auquénidos que viven a esas alturas, son por antonomasia pajívoras (no existe la palabra en el diccionario, no la busquen)
Falso.
Y si decimos que las alpacas enferman (y a veces mortalmente) si son alimentadas exclusivamente con pastos cultivados, surgirá la duda sobre ¿qué es, entonces, lo que comen a más de 4000 msnm estos animales?.
Los pastos en Carabaya, cuya producción de alpacas en el Perú o sea en el mundo, a mucha honra tiene mucho de endémica, se clasifican en dos grandes grupos (para la ciencia local, claro está) los pastos K’echu y los pastos Purga, cada cual con varios subgrupos; ambos tienen relación con la calidad de los suelos, se suponen mas nutritivos los Purga, como que con un solo mes al año alimentando los animales en áreas de esta calidad, resulta suficiente para que los animales sobrevivan fuertes y sanos durante el resto del año. Aún cuando esta calidad de pastos es fundamental, se cree que el excesivo tiempo pastando en Purga, puede llegar a matar a los animales.
Los pastos K’echu, se clasifican así porque contiene especies con deficiencias nutritivas, deficiente variedad de especies de pastos silvestres, porque las aguas de los manantiales suelen contener parásitos hematófagos (semejantes a las liendres, pero de color rojo), contagian alguna enfermedad con mucha frecuencia. En estos lugares, los animales sólo pueden permanecer por periodos de tiempo corto, son, se diría, pastos de segunda calidad.
El privilegio de la flora a ras del piso en los pisos ecológicos superiores a 4000 msnm (especialmente estos) de Carabaya y la diferencia con los pastos vecinos, o razón del semiendemismo de la crianza de alpacas, es la variedad de especies de pastos que se pueden encontrar que da para esas clasificaciones y es esa flora la que en verdad alimenta a los auquénidos domésticos y silvestres; hay que exceptuar a las llamas, son las únicas que pueden ingerir el ichu o paja, pero sólo en condiciones de extrema necesidad. Cuando el ichu predomina, las tierras se reservan o sólo sirven para cultivarlas.
Por causa de los pastos, ya insinuamos, nadie alimenta a sus animales exclusivamente con pastos cultivados (si es que hay alguno que usa heno o cebada para las alpacas, se siembran sólo cuando se poseen reses u ovejas); los pastores que conozco no permanecen en un solo sitio durante todo el año; el 100% de ellos son nómadas. Por el tiempo que dure su permanencia en un lugar, (algunos pocos mes como máximo) habitan una choza de piedra al borde del cerco de sus animales, todo el conjunto construido generalmente de piedra gabro o sillar en doble hilera, con el fogón y la tarima familiar como elementos indispensables .

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